Propuesta.
—Voy a correrme —avisó, su líquido blanquecino salió sin control llenando la piel del castaño quien seguía penetrándolo profundo y duro.
Unas estocadas más y Jungkook también se corrió dentro de él pero con un condón puesto, el cual se lo quitó, amarró y tiró al cesto de basura.
Los dos estaban acostados en la cama, ambos viendo al techo, tratando de controlar su respiración agitada.
—En un momento tendré que irme —dijo de repente el castaño, el silencio estaba siendo algo incómodo y no supo que más decir.
—Yo también, Taehyung a de estar esperándome.
—¿Quién? —preguntó.
—Mi mejor amigo, se llama Kim Taehyung, es de Daegu, somos amigos desde hace años, es mi único amigo en realidad —comentó sintiéndose tranquilo.
—Yo tengo dos mejores amigos, Kim Namjoon y Kim Seokjin, también nos conocemos de hace años, son las únicas personas leales que me quedaron después de... —guardó silencio al reaccionar a lo que estaba por decir.
Tragó su saliva sintiéndose extraño, él no suele hablar de la muerte de su papá con nadie, ni siquiera con sus amigos y esta vez estuvo a punto de mencionarlo con Jimin, con este chico con quien ha tenido sexo dos veces.
—¿Estás bien? No tienes que contarme, me alegro que tengas a personas a si de buenas en tu vida.
—Gracias, también me alegro que tengas a Taehyung.
Los dos se vieron unos segundos y se sonrieron, pero estaba nuevamente ese sentimiento extraño estrujando el estómago de cada uno.
—Yo debo irme —anunció el castaño, levantándose mientras buscaba su ropa y comenzaba a vestirse.
—¿Nos iremos en el mismo taxi? —preguntó con algo de temor—. Pregunto porque no traes tu auto y...
—No, tú te irás en otro, no vamos a salir juntos de aquí, ¿bien? No somos más que sexo niño, no vamos actuar como que tenemos algo más que un acostón —respondió fríamente sintiendo su lengua pesada tras mencionar esas palabras que no quería decir en su totalidad, se sintió asustado.
—No estaba insinuando que nos casaremos, es un estúpido taxi, pero tienes razón, no somos más que esto —dijo molesto y herido señalando las sábanas—. Y para que sepas, yo soy quien no quiere más encuentros con desconocidos como tú —dicho eso, se levantó de la cama y caminó hacia el baño en donde puso el seguro y se sentó en el suelo.
Sus manos temblaban de los nervios, al igual que sus labios. Quería llorar.
Jungkook cerró sus ojos arrepintiéndose de lo que había dicho, se acercó a la puerta del baño pero no se atrevió a tocar.
Salió de la habitación sintiéndose incompleto y vacío.
Llegó a la recepción, la chica que siempre lo atendía seguía ahí, así que se dirigió a ella.
—Por favor, llama al mismo taxista de la vez pasada para que lo lleven a su casa, llama desde ahora, no importa el tiempo que espere el chófer, no quiero que lo hagan esperar a él y le pagas con esto —sacó una buena cantidad de dinero de su bolsillo y se los entregó a la mujer.
—De acuerdo señor.
—E inventa algo, algún formulario o rifa, no sé, un comprobante en donde diga como lo atendieron o algo así, no me importa, solo quiero que consigas su número de celular, sino tiene, el de su mejor amigo, su perro o su gato, lo que quiero es la manera de comunicarme y ya sabes, me gusta la discreción.
—Claro señor.
—Y una cosa más, dile al taxista que te envíe la dirección de donde va a dejar al chico, eso es todo.
Dicho eso salió del hotel y tomó un taxi cualquiera, llegó a su casa y sin importarle mucho se acostó en su cama aún con la ropa puesta.
✧✦✧
El rizado se vistió y salió de la habitación, una vez iba a recepción la recepcionista lo detuvo, haciéndolo dudar un poco se acercó al escritorio.
—¿Si?
—Hola, lamento haberte molestado pero necesito que evalúes el servicio del hotel.
Jimin ni siquiera lo dudó.
—Está bien —respondió restándole importancia—. ¿A dónde debo evaluarlos o cómo funciona?
—Solo tienes que poner tus datos aquí y decir como ha sido tu estadía en el hotel.
—Bien... —el ojiverde empezó a llenar con sus datos la hoja, su nombre completo, su número de celular, correo electrónico y otras cosas extras.
A decir verdad la mujer estaba nerviosa, no sabía si era delito hacer eso, pero no podía decirle que no a su jefe, no a Jeon Jungkook.
Las empresas del ojiazul, era sobre una cadena de hoteles y condominios, todos de lujo. Karina ha estado trabajando con ellas desde antes de que su padre falleciera. Así que, Jungkook le tiene total confianza para pedirle cualquier favor.
Jimin terminó de llenar la disque evaluación, amablemente y muy sonriente le dio el papel a la chica, diciendo que todo había sido un excelente servicio.
—Muchas gracias, que tengas buen día —despidió Karina.
El rizado salió de ahí, sorprendido cuando uno de los empleados lo guió hasta el taxi, quien era el mismo de la vez anterior.
Parte del servicio. Pensó.
Subió al taxi, iba en silencio viendo nada más por la ventana, suspiró tratando de ordenar cada pensamiento que empezaba a oscurecerlo.
—No sientas, no lo hagas —se dijo en un susurro.
Una vez que llegó a su apartamento, quiso pagarle al chófer pero este le dijo que ya todo estaba cancelado.
—¿Quién pagó?
—La señorita del hotel —respondió simple y se marchó sin darle oportunidad a Jimin de preguntar más.
Confundido entró a su apartamento, Taehyung se encontraba dormido en el sillón así que no quiso levantarlo y se fue directo a su habitación. Podría dormir aunque sea unas dos horas antes de que el sol saliera en su totalidad.
✧✦✧
La mañana le llegó muy rápido, a decir verdad que odiaba los domingos, es decir; estuvo bebiendo viernes y sábado, ahora venía el jodido dolor de cabeza por no dormir bien y no comer bien y para su mala suerte, ni siquiera pudo disfrutar de un buen desayuno por estar durmiendo.
Estaba tratando de mantener sus ojos cerrados, la claridad le estorbaba, mientras estaba estirándose aún en la cama, nuevamente le llegó la imagen de Jimin sonriéndole.
Abrió sus ojos de golpe sintiéndose molesto, estaba pensando mucho en ese chico. Revisó la hora en su celular y daban las 2:05 p.m. así que llamó a la recepcionista del hotel para preguntar por lo que le había encargado.
La chica atendió inmediatamente, dándole cada dato, tanto el nombre completo, el número de celular y la dirección que el taxista le había brindado.
Jungkook sonrió porque ya tenía la manera de comunicarse con el chico de rulos. Aunque su sonrisa se esfumó al recordar que ahora Jimin no quería verlo nuevamente.
¿Por qué le preocupa eso? Es un hombre más, seguramente hay miles allá afuera esperando porque él siquiera los voltee a ver. Pero solo había un problema, ninguno de esos miles de hombres era el que él quería, no eran Jimin.
Se levantó de su cama y se encaminó al baño, cepilló sus dientes y decidió tomar un ducha rápida. Buscó ropa cómoda, sus pertenencias y salió de su casa.
Odiaba conducir cuando tenía dolor de cabeza, solo esperaba que la pastilla que se tomó ya le hiciera algún efecto. Al día siguiente tenía que trabajar y no tenía ganas de ir.
Llegó a una cafetería, se pidió un café que bien pudo pedirle a su ama de llaves que lo hiciera pero no quería estar en su casa, estar encerrado significaba estar pensando y sus pensamientos están siendo guiados hacia una única persona.
Puede ser que tenga la respuesta ante lo que sucede pero le asusta siquiera pensarlo, así que decirlo en voz alta suena aún más aterrador.
Él no está capacitado para poder tener que lidiar con una sola persona, él no puede atarse a alguien, lo sabe.
Pero, con apenas dos encuentros con este chico de rulos ya siente que ha perdido todas sus batallas y se siente indefenso ante la presencia de esos orbes verdes.
Pensó en llamar a su mamá, pero la idea fue descartada porque estaba seguro que le diría algo que quizás no quería escuchar. Podría hablar con sus amigos, pero ni siquiera sabe que decirles exactamente.
Tuve sexo con alguien, pero por primera vez tuve dos encuentros con ese alguien porque desde la primera vez no dejé de pensar en él y ahora estoy jodido hasta el cuello porque quisiera repetirlo. Pensó, claramente no diría eso.
Honestamente no sabe que hacer, que pensar o que decir. Se encuentra en un debate interno y no quiere doblegarse ante lo que ha estado evitando.
Quizás solo sea atracción sexual, quizás es porque los gemidos del chico son tan fascinantes a comparación de los demás con quienes ha estado, quizás sea la manera en la que sus cuerpos encajan mejor que otros o pueden ser sus labios, esos labios que lo han hecho romper una de sus tantas estúpidas reglas imaginarias.
Tal vez si solo mantiene sexo con él, deje de pensarlo. Porque una vez teniendo a alguien todos los días va a comenzar a aburrirse, se conoce, él no puede estar con alguien tanto tiempo.
Puede ser que Jimin nada más sea un buen sexo y por eso le ha costado soltarlo un poquito. Así que su solución es tenerlo hasta aburrirse y encontrar a alguien mejor quien pueda reemplazarlo y así volver a su rutina de estar con uno diferente cada vez que puede y quiere.
Terminó su café y decidió ir en busca de Jimin, haría que el propio chico se encargara de hacerlo olvidar.
Tiene sentido en su mente.
Así que condujo hasta la dirección que le habían dado de Jimin. Se encontró con un enorme edificio, supuso que por la apariencia que tenía era un lugar cómodo en sentido del precio.
Entró y se encontró con el dueño quizás del sitio.
—Hola buenas tardes, estoy en busca de alguien, me dijo que vivía aquí, se llama Park Jimin, es un chico bajo, de rulos y...
—Si, puerta 04 —dijo el señor sin dejarlo terminar de hablar, le sorprendió lo fácil que fue y eso lo hizo preocuparse un poco.
Sin más agradeció y llegó hasta la puerta con el número 04 sobre la puerta. Tocó dos veces y alzó una de sus cejas al ver la persona del otro lado.
—Tú no eres Jimin —dijo.
—Y tú no eres el de la pizza —respondió el chico rubio.
✧✦✧
El rizado se estiró en su cama, se sintió bien a pesar de la punzada en la parte baja de su vientre, su entrada le ardía un poco pero sonrió al recordar el buen motivo por el cuál está en esa condición.
Se quedó viendo al techo, había algo que estaba haciendo que no pudiera olvidarse de ese estúpido hombre que no quiso compartir un estúpido taxi.
¿Por qué piensa en él? No sabe acerca de él, tan solo que tiene un súper pene que hace que el sexo sea maravilloso.
Quizás salir hoy y encontrar a otro hombre haga que deje de pensar en esos ojos azules tan bonitos, en sus manos pesadas y venosas, en su agarre posesivo pero suave. En sus besos, sus caricias, en todo lo que ha hecho en su cuerpo.
Necesita olvidarlo definitivamente.
Solo era alguien pasajero, no sabe porqué lo está pensando tanto. Le preocupa tener en su mente su nombre todo el tiempo, ya que sabe las consecuencias de eso.
A lo mejor y Jungkook está follando ahora mismo a otra persona en la misma cama y él tratando de olvidarlo. Claramente tiene que dejar de recordarlo.
Se sentó en su cama y limpió sus ojos, su cabeza dolía un poco por no haber descansado bien.
—Que bueno que te despiertas, ordené pizza.
—Gracias Tae, ¿qué hora es?
—Tarde, pero descuida, es domingo y no hay nada que hacer más que lamentar nuestra existencia.
—Súper.
Escucharon dos golpes en la puerta y fue el rubio quien se dirigió abrirla.
Taehyung abrió juntando su entrecejo al ver a un hombre sin pizzas del otro lado. Se sorprendió un poco cuando preguntó por su mejor amigo.
—No soy el de las pizzas, sólo vine por Jimin —respondió el ojiazul.
—¿Quién lo busca?
—Soy un amigo.
—Soy su único mejor amigo, así que no te creo.
—¿Podrías llamarlo? —preguntó un poco desesperado, su mirada se posó de inmediato a la persona detrás del chico.
—Taehyung, ¿ya está la pi... —ni siquiera terminó de hablar porque quedó inmóvil al ver a Jungkook del otro lado—. ¿Qué haces aquí?
—¿Podemos hablar?
—¿De qué? Creo que ya fuiste muy claro hace unas horas.
—Sé lo que dije, sabes que tengo razón pero los dos somos conscientes de que... —se detuvo y miró a Taehyung de manera en que este saliera de ahí, pero el chico tan solo lo miró fijamente haciéndole señal que siguiera.
—Taehyung, no vamos hablar contigo aquí —dijo Jimin.
—¿Por qué no? Hagan como que no estoy.
—No.
—Quiero contexto, además no tarda en venir el de la pizza y mi dinero está regado en el sillón creo.
—Ten, págalo y espéralo afuera, ¿bien? —dijo Jungkook dándole unos billetes los cuales el rubio no pudo rechazar.
—No lo dejes ir Jimin, sino lo quieres tú yo me hago gay por él —bromeó antes de salir y dejarlos solos.
—¿Qué querías decirme? —cuestionó el rizado una vez que quedaron solos—. Puedes tomar asiento —dijo luego tratando de mostrar sus modales.
—Gracias —los dos se sentaron en distintos sillones, viéndose fijamente—. Te decía de que tú también eres consciente de la química que tenemos durante la intimidad, de otro modo, no hubieses aceptado repetirlo.
—¿A eso vienes? ¿A hablar de sexo?
—Vengo a hacerte una propuesta.
—¿Si?
—Claro, que seas mi compañero de sexo —dijo tranquilamente.
—¿Qué?
—Si, mira nada más nos veremos para follar, en el hotel, sino quieres hacerlo de gratis está bien, puedo pagar por tus servicios.
—¿Servicios? ¿Me crees alguien que tiene ese trabajo?
—No, quiero creer pero da igual, tan solo necesito que estés disponible cuando yo necesite de ti.
—No, yo soy alguien libre y me acuesto con muchos, no voy atarme a ti.
—Yo también, nadie dijo que nos debíamos fidelidad, tan solo quiero que cuando ningún otro me complazca tú puedas hacerlo.
El menor honestamente quería decir que si; pues necesitaba tanto tener a Jungkook sobre él o él montándolo y necesitaba sentirlo muy dentro suyo, pero no quería verse muy desesperado.
—¿De cuánto estamos hablando?
—Lo que sea, el dinero es lo de menos, lo que hagas con tu vida igual, tan solo necesito que puedas estar dispuesto para mi cuando yo lo necesite.
—O sea, ¿todos los días?
—No te hagas ilusiones, solo es cuando otro me deje con ganas, además solo tendríamos que cumplir con algunas cosas.
—¿Si? ¿Cuáles?
—No vamos actuar como una pareja Jimin, nada de hacer este tipo de visitas, tampoco vamos a estar enviándonos mensajes, mucho menos vamos a interactuar fuera del hotel, si te busqué hoy aquí es porque no tenía de otra.
—Tú eres quien rompe sus propias reglas, ¿no lo crees?
—Lo que creo es que debemos ser maduros, tú y yo vamos a estar hasta que los sentimientos nos traicionen.
—Dudo mucho que eso nos suceda, pero lo entiendo, tampoco es que me gustes como para llevarte y que conozcas a mis padres.
—Tampoco tú me estás tentando a que te presuma delante de mis amigos.
Los dos se retaron con la mirada, quizás sería un juego divertido para ambos.
Jungkook estaba impaciente, deseaba que dijera que si, no le importaba pagar lo que fuera con tal de tener nuevamente el cuerpo del rizado temblando y gimiendo por él.
—De acuerdo, tenemos un trato —dijo, mordiendo el interior de mejilla evitando sonreír.
Jungkook mordió su labio inferior queriendo disimular su sonrisa.
Al final del día los dos aceptaron quedarse en la vida del otro de una manera poco convencional pero que les traería un giro que va a ponerlo todo de cabeza.
Porque aunque lo nieguen, sus corazones latían con frenesí por volver a estar juntos.
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